Sorpresa total, no estaba en ninguna de las quinielas, no sonaba su nombre entre los favoritos, y sorpresa ha sido su salida al balcón. Vestido de blanco únicamente sin la capa de armiño, con una cruz plateada -todos sus antecesores salieron con una cruz de oro-, se ha inclinado, ha realizado pocos gestos. Ha elegido un nombre, que es símbolo de pobreza y sencillez, el de Francisco. El primer Papa americano, de padres italianos. El primer Papa jesuita.
Algunos, dicen, que en el anterior Cónclave, en el que salió electo Benedicto XVI, rehusó a ser Papa, -esto es algo secreto, que en realidad no se puede saber-, pero esta vez, ha aceptado la designación. Habemus Papam.
No hay comentarios:
Publicar un comentario